28 abr 2008

La leyenda del doctor Velasco

Para situarnos diré que fue el fundador del actual Museo Antropológico de Madrid, el que se encuentra situado enfrente de la estación de Atocha. Fue catedrático de Operaciones y Anatomía de la Escuela de Medicina de San Carlos, además de coleccionista, viajero y científico eminente que, sin embargo, ve marcados los últimos años de su vida por la obsesión de la muerte de su pequeña hija de quince años de edad. La hija del doctor Velasco era delicada, enfermiza, rubia y muy pálida.
La leyenda nos asegura que los médicos de la época no pueden atajar la tisis que contrajo. Al fin muere y los doctores Velasco y su discípulo Muñoz no salen del domicilio en varias jornadas. Pronto se sospecha que algo misterioso ha sucedido y el doctor Velasco desvela que ha embalsamado a su hija.
Obtiene un permiso especial, dado su prestigio científico, para retener el cadáver en su propio domicilio

Lo que sigue es una mezcla de verdad y leyenda, que los madrileños de finales del diecinueve sintieron como propia, hasta tal punto que escritores famosos y famosillos le dedicaron gran cantidad de páginas.
Dice la leyenda que la única hija del doctor G. Velasco, siendo muy joven enfermó, según unos de tisis, según otros de tuberculosis, y que los médicos poco pudieron hacer para curarla, muriendo al poco. Tanta fue la tristeza de su padre y la impotencia por no haber podido salvar su vida que pide y obtiene un permiso en base a su prestigio como científico, para embalsamar a su hija y retener su cadáver en su domicilio. En todo el proceso de embalsamiento es ayudado por su discípulo el doctor Muñoz, al parecer, prometido de la joven difunta.
A las pocas semanas del fallecimiento, comienza a correrse por Madrid la noticia que el doctor Velasco y su ayudante sientan a su mesa el cadáver de su hija, como si de un vivo se tratara, hablando con ella. Algunos llegan a decir que han vestido a la difunta de novia, o que la cambian de ropa varias veces.
Los rumores van corriendo cada vez más. Algunos afirman que al atardecer el doctor Velasco saca a pasear a su hija en el coche de caballos y que la sienta enfrente de él, al lado de la ventanilla.
La leyenda crece y un cierto temor se va apoderando de los madrileños, que no se atreven a pasar por delante de la casa del doctor o por sus cercanías. Algunos periódicos se hacen eco del rumor y en los mentideros y cafés de Madrid no se habla de otra cosa.

La verdad parece ser que el doctor G. Velasco embalsamó a su hija al fallecer y que su cadáver permaneció en su casa hasta la muerte del doctor. Momificado, pasó a la Facultad de Medicina donde se conserva hoy día. Sin duda las dos pasiones del doctor Velasco fueron el amor a su hija y la creación de su Museo Antropológico.

5 comentarios:

  1. Ana, me gusta mucho leerte, cuando estuve en Madrid, fui una semana por trabajo de mi marido, pasé pero no tuve tiempo para entrar al museo, preferí tomarme mas tiempo en los de Arte, no quería salir del Museo del Prado! pero gracias a Dios, te tengo a vos, y puedo aprender algo sobre el Antropológico...besos!

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  2. Estos antropólogos... que cosas hacen, mira que conservar el cadáver de la hija...
    Un beso grande.

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  3. Ana, estás bien??? espero que no estés malita tu o alguien de tu familia. Besos

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  4. Hola ....esta vez para contarte que un colega bloguero de Madrid me incorporó a un concurso de bloggers al que acepté competir y estoy solicitando el apoyo de los amigos no participantes.

    Si quieres, cuando puedas, entra a mi blog y busca entre mis blogs recomendados el blog "peón de brega" y alli podrás votar no necesariamente al mio, pero si te gusta y representa, agradecido. Hazme propaganda entre tus contactos...


    un abrazo y en la próxima dejo mi comentario sobre tu entrada que, sin dudas, será magnifica como siempre

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  5. Todo lo que hace el amor de padre, algunos dirian que la perdida de su hija lo enloquecio o solo lo hizo para no sentirse solo.
    Pero es una historia de los mas interesante, felizmente los lugareños no quisieron lincharlo

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