El miedo y la superstición alimentaron la "caza de brujas" en toda Europa en la Edad Media y causaron la muerte de muchas mujeres inocentes. La última ejecución por brujería tuvo lugar hace poco más de 200 años, pero activistas creen que es tiempo de reivindicar el nombre de Anna Goeldi.
Para entender lo que sucedió a Anna Goeldi se necesita conocer el lugar donde se precipitaron los hechos que ocasionaron su muerte: el pequeño cantón suizo de Glaris.
Se trata de un valle estrecho rodeado de montañas, en el que se apiñan las aldeas entre rocas que a duras penas dejan lugar a la tierra y el pasto.
Uno se lleva a impresión de que el lugar ha quedado al margen de muchos de los hechos de la historia.
Fue aquí a donde llegó Anna Goeldi buscando trabajo como sirvienta en 1765. Fue aquí donde se selló su destino como "la última bruja de Europa".
Aguja en la leche, agujas en el pan
Las crónicas dicen que Anna Goeldi era una mujer alta, bien proporcionada, de cabello oscuro, ojos marrones y tez sonrosada.
Una de las casas donde encontró empleo todavía existe. Es un edificio imponente, pretencioso, de cuatro pisos, con un portón señorial y una fachada en la que se destaca un blasón familiar.
Es una casa pretenciosa, que ha perdurado tanto como la memoria de Anna Goeldi.
El edificio ha perdurado en Glaris tanto como la historia de Anna Goeldi.
Uno de sus empleadores fue Jakob Tschudi, magistrado y figura política en ascenso.
Al principio la relación entre empleada y patrón sabemos que funcionó con normalidad... hasta una mañana en que, según las fuentes históricas, apareció una aguja en la leche de una las hijas de Tschudi.
Dos días más tarde aparecieron más agujas en el pan, y las sospechas recayeron sobre la sirvienta.
A pesar de que ella defendió su inocencia, los Tschudi la expulsaron de su casa, la acusaron de brujería, y fue torturada y finalmente ejecutada.
"Amor ilícito"
Los hechos no ocurrieron en la Edad Media, sino en 1782, cuando Europa vivía el período de la Ilustración.
Pero Walter Hauser, un periodista local, no cree que Anna Goeldi fue ejecutada porque Glaris, en pleno Siglo de las Luces, se mantenía aferrado a supersticiones medievales.
Los expedientes del caso son pródigos en detalles.
Él deduce otras razones tras haber examinado los meticulosos expedientes del caso.
"Jakob Tschudi tenía una relación amorosa con Anna Goeldi", asegura Hauser.
"Ella, cuando fue expulsada de la casa, amenazó con revelarlo todo, y el adulterio era un delito, por lo cual él podría haberse visto seriamente perjudicado", añade.
Entonces, en Glaris, la brujería era también un delito.
Hauser dice que Anna Goeldi fue víctima de un "asesinato judicial".
Según él, "las personas educadas de Glaris no creían en brujería en una fecha como 1782".
El periodista explica que "Anna Goeldi era una amenaza para gente poderosa, que quería salir de ella. Acusarla de brujería era una manera legal de asesinarla".
Bajo tortura La procesada, que no sabía leer ni escribir, sufrió interrogatorios día y noche por parte de las autoridades políticas y religiosas de Glaris.
Ella insistía en su inocencia, pero fue torturada; se le colgó de los pulgares, se le ataron piedras a los pies.
Al fin, bajo tortura, confesó toda suerte de estereotipos: que se le apareció el diablo en forma de perro negro. Que las agujas de las había proporcionado Satanás.
Una vez terminada la tortura, ella se retractó de su confesión. De nuevo se le torturó brutalmente para que volviera a admitir su "culpabilidad".
Dos semanas más tarde, Anna Goeldi fue decapitada con una espada en la plaza pública.
Fritz Schiesser, quien representa al cantón de Glaris en el parlamento suizo, estima que ya es hora de que se reconozca la ilegitimidad del proceso contra Anna Goeldi.
"Todo el mundo sabe que lo que sucedió fue una injusticia", declara. "Debemos reconocerlo".
Moción
Sin embargo, las posiciones en Glaris no son tan claras.
Muchos estudiantes de la Escuela Secundaria del cantón se sienten incómodos recordando los hechos de 1782.
El cantón es un valle entre montañas.
"Coincido en que lo que pasó fue vergonzoso, pero así eran las cosas entonces", dice una chica.
"Eso ocurrió hace mucho tiempo", manifiesta otro estudiante. "No creo que hoy seamos responsables de lo que ocurrió en el pasado".
Este es uno de los argumentos en que se basan las autoridades de Glaris para no reivindicar a Anna Goeldi. Dicen que "nadie saldría beneficiado".
Pero estas justificaciones decepcionan al periodista Walter Hauser.
"Fuimos los últimos en Europa en ejecutar a una mujer por brujería. Es una mancha en nuestra historia. Debemos hacer algo para borrar esa mancha", enfatiza.
Para lograr ese objetivo, Fritz Schiesser presentó una moción en el parlamento suizo que pide la reivindicación de Anna Goeldi. Este fin de semana se inaugura en Glaris un museo dedicado a ella.
En 1782, por temor a lo que el resto del mundo podría pensar, Glaris intentó sepultar en el olvido la ejecución de Anna Goeldi.
Doscientos veinticinco años después, la historia de "la última bruja" de Europa revive en busca de justicia.
Es verdad lo que hicieron nuestros antepasados no es culpa de nosotros pero si esta en nuestras manos poder reinvindicarlo, porque no hacerlo????, la justicia es justicia y se debe hacer cumplir, no es justo que nos quedemos con ideas pasadas, es muy practico no hacer nada, ahi se muestra y se demuestra la mediocridad de la gente.
ResponderEliminarMuy interesante esta entrada, me ha gustado mucho la verdad, pero muchas más injusticias y asesinatos quedaran en el olvido aunque reivindiquen la figura, de esta mujer.
ResponderEliminarPorque será que las brujas siempre eran morochas de pelo largo, altas, a veces de muy mal aspecto, por lo menos asi la muestran en televisión...nunca rubias y bonitas, será que tienen vinculación con el mal o será que es una manera de separar y definir lo que no nos gusta.
ResponderEliminarLa película "Goya" muestra algo parecido y en esa oportunidad, es la inquisición la encargada d e la tortura...
Pero en este mundo tarde o temprano la justicia verdadera llega sino habría que preguntarselo a Galileo Galilei con el cual se izo justicia...claro 300 años después.
No estaba perdido amiga Ana....es que aveces no comento pero me leo todo.
gracias por las visitas y haber si un día me llamas al programa y te cuentas una de estas historias en directo.
un abrazo.
Interesante historia, se han cometido muchos asesinatos con la excusa de la brujería, en realidad muchas de las llamadas brujas simplemente eran mujeres que conocían las plantas y sus beneficios para la salud , después se les atribuía otras actividades no siempre demostradas.
ResponderEliminarUn beso.
Nominada na Resaca das Letras 08 e eu sen sabelo ata o ultimo momento, son cousas que pasan.
ResponderEliminarMira no meu blogue que che conto
eeeH cada vez con más blogs...te cuento que estoy viendo la posibilidad de un blog personal con tu me pides pero me falta tiempo. ahirita ya estor saliendo a conocer un pueblo original (le llamamos asi a los pueblo descendientes de aborígenes) Se llama San Pedreo y tiene solo 800 habitantes.
ResponderEliminarestaré aucente tres días...luego paso a leer tu entrada.
un beso.
no conocía esta historia Vinka.El pasado es una sombra que puede ser difícil de borrar...pero el intento vale la pena.Ojalá que Anna sea liberada de la inútil acusación y que el suplicio al que fue sometida libere tambien a Glaris de esa carga de su pasado.
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